La nueva medida del Ministerio de Hacienda de retener el 1,77% de ventas a través de tarjetas de débito y crédito como adelanto del impuesto de renta, hace preocupar a los empresarios por la estabilidad y liquidez de sus negocios; más que todo si son pequeños. Sin embargo, las pulperías, los bazares y los taxistas son algunos de los excluidos en esta acción.
Que una empresa logre tener cierta cantidad de ingresos por ventas no quiere decir que al final de año fiscal vaya a tener ganancias, y es en este punto donde están fallando con esta medida. Según entiendo, dicho ministerio no hace devoluciones sino que queda a favor para el próximo periodo (si llegara a tener ganancia); el cual ya va a tener un aumento en el acumulado por el año fiscal siguiente.
El adelanto de renta a mi parecer hace que la evasión fiscal crezca en vez de aumentar la recaudación. Por ejemplo, el restaurante Nuestra Tierra en algún momento quitó la posibilidad de pagar con tarjeta a sus clientes y el negocio siguió caminando sin problema. Así como esta compañía pudo subsistir sin este medio de pago, algunos otros lo podrán lograrlo y deja un portillo para reportar ingresos irreales.
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